"Encontré el expediente de este caso en el fondo de un fichero
viejo. El documento era antiguo y amarillento, y la tinta estaba algo
borrosa, pero se leían bien los nombres de los implicados. Un par de
preguntas en los vecinos del edificio que acogía la tienda me permitió
unir los detalles de la historia. Nada extraordinario: uno más de los
casos de pacotilla que Smithson tenía que aceptar para poder ganarse la
vida. Aún así, tengo que reconocer que me pareció divertido. Espero que
también se lo parezca al editor"
Tras la Separación, los duendes domésticos fundaron Newgard para vivir en casas humanas como las que abandonaron. A ella acudieron Afortunados y Gente Pequeña, razas que nunca habían estado juntas recorrieron las mismas calles y cometieron crímenes causados por viejas rencillas y nuevos vicios. La Corte impuso la Ley de Hierro, pero en una ciudad donde todos esconden su identidad tras ilusiones, descubrir al culpable es algo tan improbable como encontrar a unos detectives que acepten el reto.